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domingo, 18 de mayo de 2014

Seis sonrisas y una lágrima (I)

Todavía me acuerdo de ella, de su forma de hablar, de correr, de andar... De sus labios, de sus ojos, de su pelo ondeando en el viento marítimo. Un aire con olor a aguas saladas, a playa y a libertad...
Creo que lo que mejor recuerdo es su sonrisa. Era una hermosa curvatura de dos labios color rosa entreabiertos, enseñando dientes perlados. Cuando sonreía se le formaban unas arrugas en la cara y alrededor de los ojos que hacían que tú sonrieses más. Y al verte así, sus labios aumentaban de longitud.
Así hasta formar una sonrisa infinita.

Nuestra primera sonrisa fue el verano de hace 15 años, casi 16 para ser exactos. El primer verano en el que me dejaban quedarme en la playa hasta que anocheciese, el verano en el que pasé mi tiempo mayoritariamente en la calle con los amigos, el verano de mi primer amor... Ese maravilloso verano.
Ocurrió una tarde de agosto, cuando el sol se estaba ocultando tras las olas aguazules del mar. Yo en aquel entonces tenía 12 años y todavía jugaba con los trastos en la arena intentado crear un castillo enorme, como los que hacían en los concursos de castillos de arena. De esos que tú crees que no se van a derrumbar nunca y que permanecerán ahí para siempre.
Aquella tarde saqué de paseo a mi perro por la  playa. Lo solía hacer por las tardes para poder ver cómo el sol desaparecía en el horizonte.
Mi perro se llamaba Puskas, era pequeño y muy juguetón. Lo fue hasta el año pasado, que cerró los ojos para siempre un día nublado de abril.
Paseábamos por la arena en silencio, oyendo las olas y las gaviotas.
Me fijé en que, cerca de la orilla, se encontraba una niña de más o menos mi edad. Su pelo rojizo aumentaba en fogosidad debido al color del sol en ese momento. Unos ojos claros buscaban entre la arena mientras que con las manos revolvían todo buscando algo, seguramente una muñeca o un juguete que habría perdido.
La arena en la que buscaba se mojaba por sus lágrimas.
Sus padres no estaban a la vista. Eso me pareció raro.
Hubo un momento en el que, viendo que me había distraído, Puskas se me escapó de la correa y fue directo al agua, dispuesto a darse un chapuzón de última hora.
Corrí todo lo que pude tras él, pero el enano corría cual guepardo y saltó al agua. Segundos después también me metí yo en esa profunda bañera salada, en busca de un perro que se alejaba a nado de la orilla.
Le enganché de una pata mientras escupía agua. Un alga rodeaba mi cabeza y me daba aspecto de monstruo de mar.
Volví a la orilla casi arrastrándome a la vez que Puskas gruñía y ladraba pidiendo más tiempo en el agua.
Al salir, la niña que había visto antes llorar por habérsele perdido algo me miraba de arriba a abajo.
Sus profundos ojos verdes me observaban mientras las lágrimas que quedaban en su mejilla se evaporaban hasta desaparecer.
Primero fue un silencio lleno de incomodidad por mi parte, pero este se rompió con una profunda carcajada que salió de la niña. Esa risa me llenó de energía y encendió una chispa en mí. Enseguida estábamos los dos riéndonos tirados en la arena y jugando con el perro.

En cuanto el sol desapareció me di cuenta de lo tarde que se nos había hecho, seguramente me caería bronca en casa no solo por la hora, sino por mi aspecto.
La miré y ella me miró. Ambos pensábamos en lo mismo. Teníamos que volver.
Me despedí de ella con una sonrisa de oreja a oreja. Le dije un otro día nos veremos. Y ella me miró de una forma extraña. ¿Me quieres volver a ver? Sus ojos reflejaban alegría, y luego dudaban sobre si era verdad lo que decía.
Te lo prometo. Si no es mañana será pasado.

Ella me sonrió con dulzura.
Yo le sonreí.
Dos sonrisas son suficientes para crear una amistad. Dos sonrisas bastan para entenderse. Dos sonrisas pueden hacer que el cielo arda. O que caigan flores del cielo. O que llueva sobre dos personas que sienten haber perdido.
Dos sonrisas valen todo lo que puedas imaginar y más. Sobre todo si son inocentes e infantiles. Si son puras y expresan una sensación única. Si reflejan un mismo pensamiento junto a un mismo sentimiento, que danzan acompasados esperando a que llegue algo y pidiendo que no llegue nunca.
Y, en el fondo, sólo son dos sonrisas.

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8 comentarios:

  1. Me encanta tu forma de escribir. Es muy despreocupada y disimulada. Vuelves al pasado de una forma natural y eso me encanta, pues yo no lo consigo.
    Me encanta el final del relato. Es… mágico y simple. De tal simpleza que crea una belleza lingüística.
    Quiero decirte también, ahora que se me ha pasado por la cabeza, que si hubiera seguido con el concurso habrías ganado. El relato ese era precioso, maravilloso, bastante lleno de sentimientos.
    Enhorabuena.
    Te voy a decir dos "errores" que has tenido en el texto. Lo digo porque seguramente querrás tener un texto "perfecto", sin faltas.
    Son:
    "Enseguida estábamos los dos riéndonos tirados en la arena y jugado con el perro". La n… me odio por tener que decírtelo…
    La otra es "Yo la sonreí". Noo es que sea una falta, pero bueno. Es "Yo le sonreí", si no se quiere dar el laísmo. Pero, claro, tampoco es nada del otro mundo, porque en Madrid se suele cometer mucho el error.
    Pues nada, que espero más entradas.
    Un beso, Andy. ;)

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    Respuestas
    1. Muchas gracias por decirme las faltas, es lo que ayuda a que mejore, en serio. La primera me la salté. Y sobre la segunda, debo decir que los madrileños somo "laistas". Vamos, que hablamos así aunque sea un error, y yo al menos debo fijarme bien para no cometerlo.
      Luego, este relato es la primera parte, las primeras dos sonrisas. Quedan 4 más. Y una lágrima (vuelvo a escribir en versión "Niño mariposa", por partes porque si no se hace muy largo).
      Con esta serie de sonrisas y lágrimas voy a intentar que alguien llore, y espero hacerlo.
      Gracias por pasarte Ana, siempre eres bienvenida al Bosque.

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  2. precioso Andy, da gusto leer estas cosas jajajaj, estoy de acuerdo con Ana en todo, asiq eso, enhorabuena!! sigue asi!
    (no puedo hacer un comentario sin llamarte... BAD PERSON!! :D)

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  3. que bonito, que bien escribes
    te sigo y formo parte de blogs asociados :)

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  4. Qué bonito ha sido esto. De verdad, me ha gustado. Me ha hecho imaginármelo todo, paso a paso. Cada lágrima que brotaba por la cara de aquella niña era también un trocito de mi imaginación.
    El último párrafo me ha dejado sin palabras, sobre todo la frase: "Dos sonrisas son suficientes para crear una amistad" Guau, es sublime esa frase, joder.
    Me seguiré pasando, un beso de: http://hazquelosdiascuenten.blogspot.com.es/

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  5. Me ha gustado bastante ^^ La narración es simple y fluida lo que hace que el texto no se haga pesado y q el lector lo lea ágilmente. Concuerdo con "Hazquelosdiascuenten" en que la frase final es preciosa y deja con un buen sabor de boca ^^

    Bss :D

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  6. Me ha encantado el relato, me ha parecido absolutamente precioso. Ya te sigo.
    (formo parte de la iniciativa de blogs asociados:)

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  7. Precioso, te animo a seguir escribiendo. Eres sutil y muy amena, así es fácil dejarse llevar :)
    Yo también escribo, espero que puedas visitar mi blog y wattpad. Te sigo, soy de la iniciativa asociados! Un saludo!

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